La Semana Santa de Zamora es una manifestación de religiosidad popular católica que celebra anualmente la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el más relevante acontecimiento religioso, cultural y social de la ciudad de Zamora, siendo su desarrollo reflejo de su propia historia y evolución.
La Semana Santa zamorana cuenta desde 1964 con su propio Museo de Semana Santa, un espacio único en España creado con el fin de conservar y exhibir al público los pasos procesionales de las cofradías, hasta entonces alojados en diversos locales. Allí permanecen montadas sobre sus respectivos pasos procesionales que en Zamora se conocen como "mesas". Estas están realizadas por artistas locales en madera siguiendo el estilo plateresco o barroco.
La Semana Santa zamorana está formada por 17 cofradías, congregaciones, hermandades y secciones de damas, integradas en la Junta Pro Semana Santa.
Destaca por sus marcadas señas de identidad, como son la devoción, la sobriedad, la austeridad, el silencio, el respeto y el fervor con el que se vive tanto por parte de los cofrades como por parte de los espectadores. Debido a todo esto la Pasión zamorana fue declarada de Interés Turístico Internacional en 1986.Y en el año 2015 la Junta de Castilla y León con la supervisión del Ministerio de Cultura del Gobierno de España la declaró Bien de Interés Cultural, siendo así la primera Semana Santa de España en ostentar dicha declaración.
En el s. XV se fundan tres cofradías que sí han llegado hasta nuestros días: La Santa Vera Cruz, la de Nuestra Madre de las Angustias y la de la Santísima Resurrección. De todas ellas, la Cofradía de la Santa Vera Cruz es considerada la más antigua de la Semana Santa zamorana y, documentalmente, la más antigua de todas las procesiones y hermandades que desfilan por las calles españolas.
En 1593 se fundó la cofradía oficial de la Pasión zamorana, la Real Cofradía del Santo Entierro. En 1610 se fundó la Congregación de Nazarenos, pero desapareció en 1630. En 1651, dicha cofradía fue refundada, tomando el nombre de Cofradía de Jesús Nazareno, "vulgo Congregación". Esta cofradía realizaba y continúa realizando su salida en la mañana del Viernes Santo. Su hábito, con túnica de laval negro con cola y cubriéndose el rostro con caperuz romo mantiene los mismos elementos, con mínimas modificaciones, del original del periodo barroco.
En el s. XVIII cabe destacar la figura de Don Antonio Jorge Galván que fue obispo de la Diócesis de Zamora desde 1767 hasta 1776. Reorganizó la Semana Santa, con el propósito de eliminar los elementos poco ortodoxos, configurando una pasión que se asemeja notablemente a la actual.
El s. XIX se caracterizó en materia religiosa por la desamortización de bienes eclesiásticos, que hizo mermar las pertenencias de parroquias y cofradías. Fue el siglo en que el imaginero Ramón Álvarez construyó una nueva iconografía de imágenes y grupos.
Ya en el último tercio del siglo, el auge del ferrocarril y los transportes en general, propiciaron un incipiente turismo. En 1897 se fundó la Junta de Fomento de la Semana Santa, Junta que encargó nuevos grupos escultóricos a los discípulos de Ramón Álvarez modifico hábitos y revitalizó y consolidó las viejas Cofradías e innovó con otras, como la Cofradía del Silencio para procesional la noche del Miércoles Santo, con el Cristo de las Injurias. El Silencio simboliza los valores de austeridad y recogimiento religioso, como el acto del juramento de guardar silencio que realizan todos los hermanos al comienzo de la procesión, en el atrio de la Catedral. En esta etapa se empezó a promocionar turísticamente la ciudad y su Semana Santa.
El s. XX fue la etapa más fructífera en cuanto a la fundación de nuevas cofradías y popularización de la Semana Santa fuera de la ciudad. La Guerra Civil española supuso un gran retroceso para la Semana Santa ya que algunas cofradías no salieron a la calle. En la postguerra El Nacional-catolicismo que impulsó el régimen franquista contribuyó enormemente al esplendor de la Semana Santa Zamorana, al igual que en toda España.
Cuenta con un importante patrimonio imaginero. Las obras que se pueden ver en las calles de Zamora fueron ejecutadas entre los siglos XIV al XXI. Las piezas más antiguas son tan solo unas pocas, en cambio abundan las composiciones e imágenes realizadas en los últimos 150 años. Los imagineros proceden de distintos focos escultóricos, especialmente aquellos de los s. XX y XXI, cuando se sumaron a la nómina de pasos zamoranos obras de artistas que procedían de distintas escuelas.
En Zamora se celebran 18 desfiles procesionales entre el jueves anterior al Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección. Las 5 procesiones más antiguas, o históricas, son las de la Vera Cruz (tarde del Jueves Santo), la Congregación (mañana del Viernes Santo), el Santo Entierro (tarde del Viernes Santo) y Nuestra Madre de las Angustias (noche del Viernes Santo) y la Sagrada Resurrección (Domingo de Pascua). Todas ellas se celebran desde al menos el s. XVII. A ellas se han ido sumando el resto, entre 1925 y 1988, con la fundación del grueso de las cofradías zamoranas en el s. XX.
La mayoría de los desfiles transcurre en horario vespertino por el casco histórico de la ciudad, con el románico zamorano como marco arquitectónico.
En la Semana Santa de Zamora participan coros polifónicos, de voces mixtas y voces graves. Frecuentemente marchan dentro de las comitivas ataviados como el resto de los hermanos o penitentes, aunque a veces interpretan sus cantos desde el exterior del desfile.
Las bandas de cornetas y tambores abren muchos desfiles a modo de banda de cabecera. Las bandas de música se sitúan tras los grupos escultóricos e imágenes de devoción. El repertorio es amplio y variado. Predominan las composiciones de corte fúnebre sobre las denominadas "de procesión". Muchas cofradías e imágenes cuentan con marchas procesionales dedicadas. Sin duda alguna, la música que mejor define la Semana Santa de Zamora es la marcha fúnebre de S. Thalberg, verdadero himno de la Semana Santa de la ciudad.
La pasión de Zamora, tan arraigada entre sus gentes, tiene una jerga propia muy rica e interesante que se refiere a las procesiones, pasos y personajes que en ella aparecen. Así, se refieren al avisador que precede los desfiles como al barandales, que va tocando una esquila, o al Merlú a la pareja de congregantes de Jesús Nazareno que con corneta y tambor anuncian la marcha o parada de los pasos. Cuando se refieren al banzo están mencionando el trozo de madera con almohadilla sobre el que se llevan los pasos a hombros, y cuando se habla de la mesa, se está haciendo mención a las andas de carga interior que en otros lugares se llaman andas, trono o paso. Otro aspecto cultural interesante son los sobrenombres o motes cariñosos que reciben algunos pasos o imágenes: Camino del Calvario es conocido como EL cinco de copas por la disposición simétrica de las imágenes, La Flagelación se conoce como Los Calvitos porque los sayones lo son o La Desnudez se conoce como El Redopelo.
[Javier Velázquez]
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