La Semana Santa en Salamanca es una de las celebraciones más arraigadas de la ciudad, constituyendo el principal acontecimiento religioso de la capital charra, con sus consecuentes connotaciones culturales y turÃsticas.
Cuenta con 18 CofradÃas, Congregaciones y Hermandades, agrupadas en la Junta de Semana Santa de Salamanca, que organizan 24 procesiones y actos, siendo los más antiguos el Acto del Descendimiento, la Procesión del Santo Entierro, iniciados en 1615 y la Procesión del Encuentro, iniciada en 1616.
El carácter universitario de la ciudad tiene también su reflejo en las celebraciones de la Semana Santa. La Universidad tiene desde antiguo el privilegio de que sus miembros puedan cumplir con la obligación cristiana de la Pascua dentro del edificio universitario con la solemne liturgia del Jueves y Viernes Santo en la Capilla de San Jerónimo, a las que acuden los profesores revestidos de toga y muceta. La Universidad también participa en las procesiones el Martes Santo, asistiendo un representante a la promesa de silencio de la Hermandad Universitaria y acompañando al paso varios doctores revestidos
La más antigua de las Hermandades es la Ilustre CofradÃa de la Santa Cruz del Redentor y de la PurÃsima Concepción, su Madre, Vera Cruz, cuya fundación data de 1506 aunque tiene sus orÃgenes anteriores en torno a 1240, cuando los hermanos de la penitencia de Cristo fundaron el Hospital de la Santa Cruz en el Campo de San Francisco. Desde muy antiguo organizaba esta cofradÃa la Procesión de Disciplina en la tarde del Jueves Santo.
En el PerÃodo barroco la Vera Cruz instauró y organizó con toda solemnidad las celebraciones del Viernes Santo: el Acto del Descendimiento con su sermón y la Procesión del Santo Entierro a continuación del anterior, actos que se mantienen desde su instauración en 1615 hasta nuestros dÃas. El Acto del Descendimiento, punto álgido de la Pasión Charra, consiste en el desclavamiento de Cristo de la Cruz por dos hermanos de la Vera Cruz ante los ojos del pueblo, para ser introducido en el Sepulcro y dar comienzo la Procesión del Santo Entierro.
Las Congregaciones de Jesús Rescatado, Jesús Nazareno y la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad surgieron también durante el barroco, aunque no se incorporaron a las procesiones hasta el siglo XVIII (Jesús Nazareno) y el siglo XIX (Jesús Rescatado y La Soledad). Debido a una especial Provisión Real del rey Felipe II la Vera Cruz tenÃa el privilegio de organizar todos los desfiles de Miércoles, Jueves, Viernes Santo y Domingo de Pascua. Este privilegio, por el que las demás cofradÃas se fueron incorporando a los desfiles organizados por la Vera Cruz, en ocasiones mediando pleitos, se ejerció hasta principios del siglo XX.
En 1806 el obispo Tavira, según lo acordado por el Consejo de Castilla y siguiendo las luces de la Ilustración, redujo las procesiones salmantinas a dos, la Procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo, con la participación de todos los pasos que salÃan repartidos hasta esa fecha entre miércoles, jueves y Viernes Santo, y la Procesión del Encuentro, el Domingo de Resurrección. Estas dos procesiones se siguen celebrando en la actualidad.
La Congregación de Jesús Rescatado se unió a los desfiles penitenciales a principios de la segunda mitad del siglo, siendo la referencia más antigua que existe un oficio enviado por la Vera Cruz el 5 de abril de 1868 por el que se les autorizaba la túnica morada con la que asistirÃan a la procesión del Viernes Santo. La Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad se incorporó a los desfiles penitenciales el Viernes Santo de 1890. La reducción de desfiles decretada en 1806 y el privilegio de la Vera Cruz para organizarlos hizo que las dos cofradÃas se integrasen en la Procesión del Santo Entierro.
En el siglo XX perdieron su vigencia la Provisión de Felipe II de España y el decreto del obispo Tavira, lo que favoreció la fundación de nuevas hermandades y el aumento del número de desfiles. La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad fue la primera en desfilar sin la tutela de la Vera Cruz, saliendo del Santo Entierro en 1905 y procesionando en solitario la noche de Viernes Santo, como hace actualmente. En 1926 se fundó la Seráfica Hermandad, notable hermandad de gran importancia histórica en el desarrollo de la Semana Santa Salmantina, que desfila el Jueves Santo.
En la posguerra se fundó el grueso de la nómina de hermandades charras, entre 1944 y 1952: la Hermandad Dominicana del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños, la Hermandad de N. P. Jesús del Perdón, la Hermandad Universitaria, la Hermandad de Jesús Flagelado (que tenÃa orÃgenes como filial de la Vera Cruz en 1913) y la CofradÃa de la Oración en el Huerto (Filial de la Vera Cruz). También se fundaron en este periodo las cofradÃas desaparecidas de Excombatientes, Jesús de la Promesa y Cristo del Amparo. Previamente se habÃa fundado, en 1942, la Junta Permanente de Semana Santa, que tiene encomendada la coordinación de algunos actos procesionales y la difusión de los mismos. Actualmente se denomina Junta de Semana Santa de Salamanca.
El fin del Franquismo supuso una dura crisis para la Semana Santa en Salamanca. Varias hermandades dejaron de desfilar. Aunque algunas se recuperaron posteriormente, las hermandades de Jesús de la Promesa, Excombatientes y Cristo del Amparo desaparecieron definitivamente. En 1971, sin embargo, se fundó la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz, con aires renovadores y espÃritu postconciliar, que movilizó la Semana Santa Salmantina y contribuyó a sacarla de su profunda crisis.
Los años 80 y 90 fueron de un espectacular incremento por el interés de esta celebración. Se fundaron tres nuevas cofradÃas: la Real CofradÃa Penitencial del Cristo Yacente de la Misericordia y de la AgonÃa Redentora, la Hermandad del Silencio y la Hermandad del VÃa Crucis, y se creó la Sección del Cristo de la Liberación dentro de la Hermandad del Amor y de la Paz. Se produjo un incremento en el número de cofrades en las cofradÃas ya existentes, en parte debido a la incorporación de la mujer en todas las hermandades. Se crearon nuevos pasos, se comenzaron a restaurar los existentes y se recuperaron algunos que habÃan dejado de desfilar años atrás, con la salida a hombros de la práctica totalidad de los mismos.
En la Semana Santa de Salamanca se pueden ver tallas de artistas de gran renombre, particularmente del siglo XVIII, edad de oro de la Semana Santa salmantina.
Los pasos salen en procesión a hombros de hermanos, cuyo número varÃa en función del tamaño y peso del mismo, pero también de su número de devotos, pudiendo ser la carga interior, exterior o mixta. Una minorÃa de pasos, generalmente grupos escultóricos, son portados en carrozas de ruedas empujadas por hermanos. Con la incorporación de la Hermandad del Despojado a los desfiles penitenciales, en 2012, salió a la calle el primer paso portado a costal de la Semana Santa salmantina.
Las andas son denominadas en Salamanca "carrozas", talladas elegantemente en madera de nogal muchas de ellas con motivos platerescos, también las hay doradas, plateadas y policromadas, asà como de forja y orfebrerÃa.
La CofradÃa que posee un mayor número de imágenes, es la más antigua, la de la Santa Cruz y PurÃsima Concepción de Nuestra Señora. Son magnÃficos los grupos de la Flagelación y Ecce Homo.
Generalmente las procesiones trascurren por las calles del casco viejo de la ciudad, que ofrecen perspectivas arquitectónicas de gran belleza, casi todas pasan por la Plaza Mayor, joya urbanÃstica del siglo XVIII, especialmente engalanada al efecto.
Sus hermandades reflejan distintas estéticas fruto de la condición cosmopolita de la ciudad, centro de estudiantes de todo el paÃs, si bien prima la austeridad.
En varias procesiones participan hermanos ataviados con el tÃpico traje charro. Asà en la procesión de la Hermandad Dominicana un grupo de charros y charras enlutados preceden al paso de Ntra. Sra. de la Esperanza. Las mujeres que desfilan en la procesión del Cristo de la Liberación visten el traje de ventioseno, empleado antiguamente en el Campo Charro para el luto. En la Procesión del Resucitado participan charros y charras bailando delante del paso.
[Javier Velázquez]
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