La Semana Santa de Zaragoza cuenta con más de 700 años de historia, 53 procesiones, algunas de ellas únicas por su singularidad y más de 16.000 cofrades. Pero lo que realmente hace de la Semana Santa de Zaragoza un acontecimiento peculiar y diferente es precisamente su sonido; más de 4.000 bombos y tambores acompañan los pasos y procesiones por toda la ciudad, haciendo vibrar a ciudadanos y visitantes venidos de todos los rincones.
En Zaragoza se tiene constancia de varias CofradÃas que realizaban procesiones de penitencia desde mediados del siglo XVI. Se tratarÃa de procesiones sencillas, con disciplinantes y hermanos de luz (velas) y alguna pequeña imagen.
Posteriormente tras el Concilio de Trento, en la ciudad se pueden relacionar 5 o 6 CofradÃas que realizan procesiones entre la noche de Jueves Santo y el Sábado como son las de la Soledad, los Estudiantes, la Vera Cruz, La Sangre de Cristo o la Venerable Orden Tercera.
A partir de este momento las imágenes empiezan a tomar una mayor importancia en detrimento de la penitencia fÃsica. En el caso de Zaragoza, además se va dando un hecho también común a otras zonas de España, y es que se va concentrando la celebración de la Pasión en una o dos CofradÃas y manifestaciones a lo largo de la semana, como pasa con el nacimiento de la procesión del Santo Entierro en 1617 que proviene de la fusión de otros actos que se realizaban en la ciudad.
Con lo que, a partir de finales del siglo XVII, dejamos de tener constancia de actos por las CofradÃas relacionadas anteriormente y la celebración se centra en la procesión del Santo Entierro, organizada por la Hermandad de la Sangre de Cristo, solo mantendrÃa la Venerable Orden Tercera vinculada a la orden franciscana alguna procesión como el encuentro el Martes Santo.
A lo largo del siglo XVIII, la Hermandad de la Sangre de Cristo, organizadora de la procesión del Santo Entierro, ya la tarde del Viernes Santo. Irá ncorporando los primeros pasos de misterio de material más duradero como la madera. Lamentablemente todo este esfuerzo se perdió con la destrucción de todos los pasos menos el Cristo de la Cama, que es la única imagen que se pudo rescatar en los Sitios, que sufrió la ciudad a principios del XIX, en la Guerra de la Independencia.
Con lo que de nuevo a lo largo del siglo XIX se tuvo que realizar un esfuerzo tremendo por parte de la citada Hermandad por reconstruir la mayorÃa de los pasos perdidos.
A principios del siglo XX, la tradición resurge en todos los territorios, por empujes nuevos como el de la atracción turÃstica. De nuevo la procesión del Santo Entierro, se ve parcialmente renovada, por el concurso de reforma promovido por el Sindicato de Iniciativas TurÃsticas de Aragón.
La II Republica, y la posterior Guerra Civil, trajo un cambio radical en la celebración en nuestra ciudad, con la fundación de CofradÃas filiales de la Sangre de Cristo, al hacerse cargo de los diferentes pasos que procesionaban en el Santo Entierro del Viernes Santo. Estas nuevas CofradÃas irán incorporando, cada una con sus propias peculiaridades, procesiones propias en los diferentes dÃas de la semana, hasta llegar al número actual de más de 50 procesiones a lo largo de la Semana.
Otro hecho capital, es la introducción del tambor en la celebración, en el año 1940, hecho que poco a poco fue imitado por el conjunto de las CofradÃas y Hermandades, sobre todo a lo largo de las décadas de los 50 y 60, cambiando totalmente el panorama de los desfiles, hasta llegar a constituir una seña de identidad de la celebración actual. Celebración que tras las crisis de los 70 provocada por el turismo ha alcanzado nuevos brÃos en el final del siglo XX y principios del XXI.
En Zaragoza predominan los pasos que recogen los momentos de la Pasión que encargó la Hermandad de la Sangre de Cristo a lo largo del siglo XIX, de autores diferentes, tras la pérdida de los que tenÃa, destruidos en los Sitios y que se completan con algunos de las cofradÃas de más reciente creación. SerÃan los llamados pasos titulares de la CofradÃas, ya que son aquellos que representan el momento elegido por la CofradÃa para su advocación.
Singular imagen por su antigüedad y devoción es el Cristo de la Cama, imagen central de la procesión del Santo Entierro, conocido asà por la costumbre de trasladar la imagen de Cristo Yacente en Aragón en una cama al sepulcro.
Hay que destacar también imágenes que si bien no fueron concebidas para procesionar actualmente se puede disfrutar de su transcurrir por las calles de la ciudad, como el Cristo de la AgonÃa del Silencio que data de 1588, o el Ecce Homo, obra anónima de finales del XV.
Todas estas imágenes se complementan con obras encargadas desde la fundación de las nuevas CofradÃas a mediados del siglo XX, estas imágenes están realizadas en diferentes estilos, haciendo de la imaginerÃa de la Semana Santa zaragozana un conjunto de una rica variedad de estilos.
Varias son las particularidades de la Semana Santa de Zaragoza: La forma de cubrirse la cabeza con el Tercerol, prenda de origen antiguo identificada con los antiguos portadores de los pasos, en la procesión del Santo Entierro. Las Cruces In Memoriam, donde se recoge el nombre de los cofrades fallecidos, que de esta manera siguen procesionando. También a lo largo de la semana se pueden escuchar jotas, cantadas, en momentos relevantes de las procesiones y acompañadas del sonido del tambor.
Pero sin duda las dos particularidades más importantes que tiene la Semana Santa en Zaragoza son:
La procesión del Santo Entierro, a lo largo de la semana, las diferentes CofradÃas de la ciudad irán realizando sus procesiones para ir acercando sus imágenes al epicentro de la Semana Santa zaragozana, que no es otro que la Iglesia de Santa Isabel de Portugal, (San Cayetano), para poder participar en la procesión de procesiones el Viernes Santo por la tarde. La monumental procesión del Santo Entierro, organizada desde hace más de 400 años por la Hermandad de la Sangre de Cristo y que concentra a todas las CofradÃas de la ciudad, con una representación escultural de la pasión.
La otra singularidad son las secciones de instrumentos, tambores, bombos y timbales, serán las más numerosas de todas las secciones que procesionan en casi todos los casos, siendo unas de las señas identitarias de la Semana Santa de la ciudad. Están integradas por miembros de las congregaciones. No veremos tal número de instrumentos juntos en otras latitudes, estas ocuparan normalmente las partes centrales de los desfiles. Lo verdaderamente singular, serÃa el número de participantes en estas secciones, donde se pueden ver algunas cercanas a los 400 miembros, asà como el nivel de los toques ejecutados, destacando los momentos de las salidas y entradas de las imágenes, para ello los cofrades dedicaran las tardes y noches del invierno zaragozano a ensayar en lugares apartados de la ciudad. Y aunque al profano le puedan parecer todos los ritmos similares, hay una gran variedad de toques, diferentes estilos de interpretarlos o variedad en las formaciones dando más relevancia en algunos casos a determinados instrumentos, lo que hace que cada sección tenga una identidad propia. El significado de estas numerosas secciones será el de anunciar el paso de la CofradÃa y Hermandad y para el cofrade una forma de rezar. De ahà uno de los lemas de la Semana Santa de Zaragoza : âZaragoza donde el Redoble se hace oración.â
Javier Velázquez López
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